Entre enero y abril de este año la producción de petróleo alcanzó los 38,762 BPD, una cifra ligeramente inferior frente a los 40,437 BPD alcanzados en el mismo periodo del año anterior. Estas cifras siguen siendo insuficientes para abastecer nuestro consumo interno que es de 250 mil BPD, por esta razón, nuestro país debe importar combustibles por un valor anual de al menos US$ 6.000 millones.
De acuerdo con el último Libro de Reservas de Hidrocarburos, que contiene información hasta el 2021. Las reservas probadas de petróleo sumaron el año 2021 unos 243 millones de barriles (MMSTB), lo que representa una caída del 67.2% frente a 741 millones de barriles (MMSTB) registrados en el 2013. Adicionalmente, el índice de reposición de reservas (IRR) de petróleo del año 2021 fue de -2.99. Es decir, el grado en el que la producción del año ha sido restituida y/o incrementada mediante la adición de Reservas Probadas por nuevos proyectos, respecto al año anterior fue negativa, en consecuencia, estamos utilizando las reservas que tenemos sin encontrar ni poner en valor otras nuevas.
Una de las razones es la falta de inversión, según cifras oficiales la inversión en los primeros dos meses de este año ascendía a US$ 47 millones, de este total el 97% se destinó para explotación y el 3% restante para exploración. Sólo el año 2022 la inversión total llegó a US$ 325 millones un 80% menos a los montos obtenidos en el año 2012.
Es necesario que se tomen medidas urgentes para atraer inversiones y poner en marcha nuevos proyectos de exploración. Debemos contar con un nuevo marco competitivo con el fin de hacerlo más accesible y con menos burocracia. Se debe simplificar y mejorar las actuales normas que contienen infinidad de permisos, licencias, autorizaciones y reportes que otorgan una serie de instituciones públicas.