Las reservas de petróleo y gas de Perú continúan con la tendencia decreciente, de acuerdo con el último Libro de Reservas de Hidrocarburos, que contiene información hasta el 2021 y fue publicado a fines de febrero por el Ministerio de Energía y Minas.
Las reservas probadas de petróleo sumaron el año 2021 unos 243 millones de barriles (MMSTB), lo que representa una caída del 67.2% frente a 741 millones de barriles (MMSTB) registrados en el 2013. Adicionalmente, el índice de reposición de reservas (IRR) de petróleo del año 2021 fue de -2.99. Es decir, el grado en el que la producción del año ha sido restituida y/o incrementada mediante la adición de Reservas Probadas por nuevos proyectos, respecto a lo del año anterior fue negativa, en consecuencia, estamos utilizando las reservas que tenemos sin encontrar ni poner en valor otras nuevas.
En el caso del gas natural, se observa una disminución de 42% en los últimos cinco años como consecuencia de la falta de inversión en nuevos descubrimientos. Según las cifras oficiales el 2016 teníamos 16.1 TCF y el 2021 contamos con 9.3 TCF.
Respecto del 2020, en el 2021 las reservas de petróleo disminuyeron, en 56.240 MMSTB, coincidiendo con la tendencia a la baja de años anteriores. El consumo interno de hidrocarburos se cubrió con importaciones que en el año 2021 sumaron US$ 5,862 millones (50% más que el año 2022), de acuerdo con las cifras del BCR.
El libro explica que los resultados obtenidos son consecuencia del impacto negativo de la pandemia del coronavirus en los precios del petróleo y gas en mercados internacionales, sin embargo, las estadísticas mostradas señalan que el bajo desempeño del sector se da de manera sostenida y los datos de las inversiones en exploración y explotación y la reducción de contratos los demuestran.
Respecto a la situación de las inversiones, el libro explica que está relacionada a los aspectos socio-ambientales, principalmente en lotes ubicados en el zócalo, el noroeste peruano y selva norte. También considera como crítica la situación del Oleoducto Norperuano y los continuos cortes intencionales de la tubería. Este último aspecto, señala “es de vital importancia sobre todo para el desarrollo sostenible de los proyectos que se ubican en la selva norte, en la cuenca Marañón”.
“Es innegable que la tendencia a la baja en las reservas viene de muchos años atrás. Es necesario que se tomen medidas urgentes para atraer inversiones y poner en marcha nuevos proyectos de exploración. Un punto indispensable en este camino es la seguridad jurídica, sin ella no seremos un país elegible. Los inversionistas demandan reglas claras que les permita saber con un nivel aceptable de certeza que los proyectos serán rentables y viables”, agregó Felipe Cantuarias, presidente de la SPH.